jueves, 27 de diciembre de 2007
Ausencia
Ausencia llamaré al murmullo del mar sobre tu cuerpo,
al cielo gris,
a la golondrina que busca tu pecho cada tarde,
a tu silencio cansado de morir
en las esquinas del mundo.
Ausencia llamaré
a las manos de tu voz quebrando el aire
en busca de las alas de mi voz que a ti te llaman.
Ausencia llamaré
a tus labios que rozan los cristales del tiempo
para clavar en mis ojos melodías de sangre.
De "Si ves que te hablo y anochece"
♥
al cielo gris,
a la golondrina que busca tu pecho cada tarde,
a tu silencio cansado de morir
en las esquinas del mundo.
Ausencia llamaré
a las manos de tu voz quebrando el aire
en busca de las alas de mi voz que a ti te llaman.
Ausencia llamaré
a tus labios que rozan los cristales del tiempo
para clavar en mis ojos melodías de sangre.
De "Si ves que te hablo y anochece"
♥
miércoles, 26 de diciembre de 2007
Buscaré...
Buscaré aunque no me quede más palabra
que yo mismo, infértil agonía.
Entre las ruinas del mundo y tu recuerdo
de caricias de muerte sobrevivo.
Adelgazo más si cabe estas páginas de mar
para que escuches la infinidad cansada del hastío
y de lábiles estrellas que se rompen
en cada noche de placer: un solo instante
era el anuncio de tu marcha tras la herida.
De "Un mundo sin memoria".-2005
martes, 25 de diciembre de 2007
Como tú amas.
Amar como tú amas
con el cáliz de la soledad entre tus pechos
es convocar la débil frontera del delirio.
El mar es tu horizonte más cercano.
Amar en el callejón oscuro de la espera
con el corazón clavado en la memoria
de los mínimos deseos: cuando amar
era sólo dividir las flores en esferas
e inventar de madrugada melodías.
con el cáliz de la soledad entre tus pechos
es convocar la débil frontera del delirio.
El mar es tu horizonte más cercano.
Amar en el callejón oscuro de la espera
con el corazón clavado en la memoria
de los mínimos deseos: cuando amar
era sólo dividir las flores en esferas
e inventar de madrugada melodías.
De "Si ves que te hablo y anochece"-2004
Con la sola mirada del deseo.
Ahora te seguiré queriendo
aunque tu voz se haya escondido para siempre entre las olas
y mi voz se haya convertido en un velero cansado.
Hemos envejecido de repente con la sola mirada del deseo.
Ahora te seguiré queriendo
con ese amor que carece de palabras,
ese amor que no tiene más memoria
que la del mismo amor naciendo.
De "Si ves que te hablo y anochece"
aunque tu voz se haya escondido para siempre entre las olas
y mi voz se haya convertido en un velero cansado.
Hemos envejecido de repente con la sola mirada del deseo.
Ahora te seguiré queriendo
con ese amor que carece de palabras,
ese amor que no tiene más memoria
que la del mismo amor naciendo.
De "Si ves que te hablo y anochece"
lunes, 24 de diciembre de 2007
Desnudo pocos metros...
Desnudo a pocos metros de mi cuerpo espero,
mejor hubiera sido, seguro, despedirme
de ti pero te ansío. Tu palabra es esta misma ciudad
de infinitas verdades y mentiras
donde sé que para hallarte he de morir
entre cristalinas fuentes y arrayanes
en este desierto nupcial que acabará conmigo.
.
mejor hubiera sido, seguro, despedirme
de ti pero te ansío. Tu palabra es esta misma ciudad
de infinitas verdades y mentiras
donde sé que para hallarte he de morir
entre cristalinas fuentes y arrayanes
en este desierto nupcial que acabará conmigo.
.
De "Un mundo sin memoria".-2005
domingo, 23 de diciembre de 2007
El vértice del frío
Ahora que en mis sueños atardece
por última vez escribo en el vértice del frío
y sólo tú podrás quebrar mi sombra.
Si hubieras visto el mar anegado de flores,
y tu palabra en tus manos y en mis manos el aire
ardiendo entre dos gotas de rocío,
comprenderías por qué construyo el mundo
en este lienzo en que las olas son olores
en el vértice del frío.
De "El vértice del frío"-2005
por última vez escribo en el vértice del frío
y sólo tú podrás quebrar mi sombra.
Si hubieras visto el mar anegado de flores,
y tu palabra en tus manos y en mis manos el aire
ardiendo entre dos gotas de rocío,
comprenderías por qué construyo el mundo
en este lienzo en que las olas son olores
en el vértice del frío.
De "El vértice del frío"-2005
El no-lugar donde me sueño
Alargaré mis brazos como ramas
y con ellos rodearé el mar, tus fantasías
y aquella tarde en que por vez primera
de una gota de agua nació el fuego.
Alargaré mis brazos si me dejas
defender la soledad con que te escribo
cada verso, cada tarde, cada océano
acurrucado en las sombras de tu cuerpo.
Alargaré mis brazos muy callado
y regresaré al mismo silencio donde siempre
te recuerdo las mismas veces que te olvido:
el no-lugar donde te sueño.
Ese no-lugar donde te sueño
es tu voz sobre las olas meciendo la tristeza,
el amor invisible que navega a tu lado
sin apenas rozarte.
La noche que sonríe mientras te hiere
con rituales que recorren la flor de tu cuerpo.
Tu ser-de-vuelo, tu secreto en el mar
ahora se desangra y te abre los labios
para que yo muera en ellos de manera inexacta
como la voz sobre las olas cuando mece tu tristeza
en un tiempo en que tú ni eras todavía.
De "El vértice del frío"-2005
y con ellos rodearé el mar, tus fantasías
y aquella tarde en que por vez primera
de una gota de agua nació el fuego.
Alargaré mis brazos si me dejas
defender la soledad con que te escribo
cada verso, cada tarde, cada océano
acurrucado en las sombras de tu cuerpo.
Alargaré mis brazos muy callado
y regresaré al mismo silencio donde siempre
te recuerdo las mismas veces que te olvido:
el no-lugar donde te sueño.
Ese no-lugar donde te sueño
es tu voz sobre las olas meciendo la tristeza,
el amor invisible que navega a tu lado
sin apenas rozarte.
La noche que sonríe mientras te hiere
con rituales que recorren la flor de tu cuerpo.
Tu ser-de-vuelo, tu secreto en el mar
ahora se desangra y te abre los labios
para que yo muera en ellos de manera inexacta
como la voz sobre las olas cuando mece tu tristeza
en un tiempo en que tú ni eras todavía.
De "El vértice del frío"-2005
En este callar tan largo...
En este callar tan largo que sobrevuela mil vuelos
se quiebra el aire. Mis manos quieren ser agua
sobre tu piel y tus labios. Mis ojos quieren ser faros
de los secretos recónditos del tiempo.
Pero este maldito frío me desangra,
inmóvil, inerte, azul, sin tregua.
He preguntado por ti en todos los lugares,
pero nadie sabe decirme nada de tu fuego,
nadie…
Nadie…
De "Un mundo sin memoria".-2005
se quiebra el aire. Mis manos quieren ser agua
sobre tu piel y tus labios. Mis ojos quieren ser faros
de los secretos recónditos del tiempo.
Pero este maldito frío me desangra,
inmóvil, inerte, azul, sin tregua.
He preguntado por ti en todos los lugares,
pero nadie sabe decirme nada de tu fuego,
nadie…
Nadie…
De "Un mundo sin memoria".-2005
El color imposible de la tarde.
Si tuviera que elegir
prefiero la distancia,
los colores imposibles de la tarde.
Prefiero estar perdido en medio de mis sueños.
Si tuviera que elegir,
elegiría tu silencio de amor que nunca llega.
Así no me recordarás a nadie.
Si tuviera que elegir
preferiría la carne de tus labios,
esa mezcla de futuro y de agonía,
ese puñal suave que me clavas
y que yo tan pronto olvido
De "Si ves que te hablo y anochece"-2004
prefiero la distancia,
los colores imposibles de la tarde.
Prefiero estar perdido en medio de mis sueños.
Si tuviera que elegir,
elegiría tu silencio de amor que nunca llega.
Así no me recordarás a nadie.
Si tuviera que elegir
preferiría la carne de tus labios,
esa mezcla de futuro y de agonía,
ese puñal suave que me clavas
y que yo tan pronto olvido
De "Si ves que te hablo y anochece"-2004
Etiquetas:
El color imposible de la tarde.
Entre el café y tu mirada
Es urgente que tu cuerpo...
jueves, 20 de diciembre de 2007
He muerto de amor algunas veces
Porque he muerto de amor algunas veces
sé que hoy estás muriendo de amor y sólo quieres
respirar el perfume del naranjo anochecido.
Porque he naufragado de amor algunas veces
y he sido gris, y ola y mar y marinero
en busca del sabor amargo de la tierra.
Porque sé lo que es vivir desnudo en el invierno
sin otra visión que mi delirio y de repente
como de amor morir entre unos brazos.
Porque he muerto de amor algunas veces
entre fuentes de agua cristalina y arrayanes
sé que estás muriendo de amor, amiga mía,
como muere el azahar cuando amanece.
De "Si ves que te hablo y anochece"- 2004
La Sombra del Membrillo Junio 2004, N°. 2.
Es la primera vez que vuelvo sobre
alguno de mis poemas para reflexionar sobre
el proceso que me condujo a escribirlo.
Siempre hay una primera vez. Como el poema
no lo he elegido yo, me encontraré con más
libertad para decir algo sobre su creación.
Quien haya leído ya algún poema mío habrá
podido comprobar que yo no sigo método
alguno, es decir, nunca me planteo un tipo
de estrofa, nunca me planteo una
determinada rima (sí me planteo, sin duda,
el ritmo del poema). El no seguir un método
no es algo que sólo se pueda aplicar a mis
versos, sino que debe aplicarse, por suerte o
por desgracia, a mi vida. Lo que escribo, por
tanto, refleja bien mi manera de ser. Un
profesor de mis tiempos universitarios me
definió como un totum revolutum. En aquel
momento no me sentó bien, pero con el paso
de los años he comprendido que no andaba
muy desencaminado.
El proceso creativo de He muerto de
amor algunas veces, a pesar de no constituir
un ejemplo poético de nada, tiene aspectos
que se pueden considerar comunes cuando
escribo -por cierto, yo no soy escritor
(profesional), soy escribidor (aficionado) -.
Uno de los aspectos comunes que quizás no
se ve tan reflejado en el poema es el tiempo
que tardo en escribirlo: mucho. Primero surge
la experiencia originaria, es decir, el
acontecimiento que provoca los versos. En
este caso se trata de un hecho real, una
conversación con una amiga que atravesaba
malos momentos a causa de un amor no
correspondido. Si unimos a este hecho una
serie de lecturas que por esos momentos me
rondaban (el poema Noche oscura de San
Juan de la Cruz, la Canción desesperada
de Neruda, algunos versos de Alberti...),
obtenemos la experiencia originaria del
poema. Lo demás ya es pura elaboración o
experiencia textual. Otro de los aspectos
comunes que rodean casi todo lo que escribo
son los espacios y los tiempos. Respecto a los
espacios, son tres los que constantemente me
circundan: Córdoba, Málaga y Granada, y
eso se nota constantemente en mi forma de
escribir (los naranjos y el olor del azahar de
Córdoba, los elementos marítimos
malagueños, las fuentes de agua cristalina y
los arrayanes de la Alhambra de Granada...).
Respecto a los tiempos, confieso que la noche
y el momento en que despunta el alba son
mi predilección. La noche es el tiempo poético
del amor por excelencia. Cuando amanece,
todo se transforma, como el perfume del
azahar, hasta la siguiente noche.
Antonio José Mialdea Baena (1968) es un
destacado especialista en la figura de San
Juan de la Cruz. Doctor en Filología y
licenciado en Estudios Eclesiásticos, tiene en
su haber la publicación de numerosos trabajos
sobre la recepción en España del místico de
Fontiveros. Entre ellos destaca la reciente
publicación de su tesis doctoral, La recepción
de la obra literaria de San Juan de la Cruz en
España (siglos XVII-XIX) (Madrid, Fundación
Universitaria Española, 2004). Como editor,
su interés por la lexicografía histórica le ha
llevado a la edición del Alfabeto Segundo del
lexicógrafo cordobés Francisco del Rosal, de
1601, así como País de ensueño (1911) y Libro
sin título (1912), de Antonio Porras Márquez.
Vinculado a la Universidad de Córdoba en
el campo de la Teoría de la Literatura y de la
Recepción literaria, es también asiduo
colaborador de revistas como Cuadernos del
Sur, San Juan de la Cruz o Alfinge. Mialdea
une a su interés investigador una actividad
creadora no menos interesante, en la que
sobresale su poemario inédito Si ves que te
hablo y anochece
La Sombra del Membrillo Junio 2004, N°. 2.
Israel Scheroff
HE MUERTO DE AMOR ALGUNAS VECES
sé que hoy estás muriendo de amor y sólo quieres
respirar el perfume del naranjo anochecido.
Porque he naufragado de amor algunas veces
y he sido gris, y ola y mar y marinero
en busca del sabor amargo de la tierra.
Porque sé lo que es vivir desnudo en el invierno
sin otra visión que mi delirio y de repente
como de amor morir entre unos brazos.
Porque he muerto de amor algunas veces
entre fuentes de agua cristalina y arrayanes
sé que estás muriendo de amor, amiga mía,
como muere el azahar cuando amanece.
De "Si ves que te hablo y anochece"- 2004
La Sombra del Membrillo Junio 2004, N°. 2.
Es la primera vez que vuelvo sobre
alguno de mis poemas para reflexionar sobre
el proceso que me condujo a escribirlo.
Siempre hay una primera vez. Como el poema
no lo he elegido yo, me encontraré con más
libertad para decir algo sobre su creación.
Quien haya leído ya algún poema mío habrá
podido comprobar que yo no sigo método
alguno, es decir, nunca me planteo un tipo
de estrofa, nunca me planteo una
determinada rima (sí me planteo, sin duda,
el ritmo del poema). El no seguir un método
no es algo que sólo se pueda aplicar a mis
versos, sino que debe aplicarse, por suerte o
por desgracia, a mi vida. Lo que escribo, por
tanto, refleja bien mi manera de ser. Un
profesor de mis tiempos universitarios me
definió como un totum revolutum. En aquel
momento no me sentó bien, pero con el paso
de los años he comprendido que no andaba
muy desencaminado.
El proceso creativo de He muerto de
amor algunas veces, a pesar de no constituir
un ejemplo poético de nada, tiene aspectos
que se pueden considerar comunes cuando
escribo -por cierto, yo no soy escritor
(profesional), soy escribidor (aficionado) -.
Uno de los aspectos comunes que quizás no
se ve tan reflejado en el poema es el tiempo
que tardo en escribirlo: mucho. Primero surge
la experiencia originaria, es decir, el
acontecimiento que provoca los versos. En
este caso se trata de un hecho real, una
conversación con una amiga que atravesaba
malos momentos a causa de un amor no
correspondido. Si unimos a este hecho una
serie de lecturas que por esos momentos me
rondaban (el poema Noche oscura de San
Juan de la Cruz, la Canción desesperada
de Neruda, algunos versos de Alberti...),
obtenemos la experiencia originaria del
poema. Lo demás ya es pura elaboración o
experiencia textual. Otro de los aspectos
comunes que rodean casi todo lo que escribo
son los espacios y los tiempos. Respecto a los
espacios, son tres los que constantemente me
circundan: Córdoba, Málaga y Granada, y
eso se nota constantemente en mi forma de
escribir (los naranjos y el olor del azahar de
Córdoba, los elementos marítimos
malagueños, las fuentes de agua cristalina y
los arrayanes de la Alhambra de Granada...).
Respecto a los tiempos, confieso que la noche
y el momento en que despunta el alba son
mi predilección. La noche es el tiempo poético
del amor por excelencia. Cuando amanece,
todo se transforma, como el perfume del
azahar, hasta la siguiente noche.
Antonio José Mialdea Baena (1968) es un
destacado especialista en la figura de San
Juan de la Cruz. Doctor en Filología y
licenciado en Estudios Eclesiásticos, tiene en
su haber la publicación de numerosos trabajos
sobre la recepción en España del místico de
Fontiveros. Entre ellos destaca la reciente
publicación de su tesis doctoral, La recepción
de la obra literaria de San Juan de la Cruz en
España (siglos XVII-XIX) (Madrid, Fundación
Universitaria Española, 2004). Como editor,
su interés por la lexicografía histórica le ha
llevado a la edición del Alfabeto Segundo del
lexicógrafo cordobés Francisco del Rosal, de
1601, así como País de ensueño (1911) y Libro
sin título (1912), de Antonio Porras Márquez.
Vinculado a la Universidad de Córdoba en
el campo de la Teoría de la Literatura y de la
Recepción literaria, es también asiduo
colaborador de revistas como Cuadernos del
Sur, San Juan de la Cruz o Alfinge. Mialdea
une a su interés investigador una actividad
creadora no menos interesante, en la que
sobresale su poemario inédito Si ves que te
hablo y anochece
La Sombra del Membrillo Junio 2004, N°. 2.
Israel Scheroff
HE MUERTO DE AMOR ALGUNAS VECES
Etiquetas:
He muerto de amor algunas veces
miércoles, 19 de diciembre de 2007
Intentaré no morir.
Después de tanto manantial de fuego
encendiendo mi piel de atardeceres ebrios
quién podrá sobrevivir
a este silencio tan oscuro.
Tu cuerpo, el aire y la palmera
la música que calla en el latir de tu pecho
mi voz que se ahoga si tu voz la llama.
Intentaré no morir
pero si muero
que me entierren recostado en tu palabra
y envuelto en azahar aunque sea invierno.
encendiendo mi piel de atardeceres ebrios
quién podrá sobrevivir
a este silencio tan oscuro.
Tu cuerpo, el aire y la palmera
la música que calla en el latir de tu pecho
mi voz que se ahoga si tu voz la llama.
Intentaré no morir
pero si muero
que me entierren recostado en tu palabra
y envuelto en azahar aunque sea invierno.
De "Si ves que te hablo y anochece"-2004
domingo, 16 de diciembre de 2007
La espera y la lluvia
Como ya no me quedan lágrimas en esta noche
esperaré para llorar tu ausencia con la lluvia.
Mientras tanto viviré en el último silencio
que me dejaste derramado por tus labios
para seguir amándote.
Cuando ya no me quede dolor en esta noche
entonces llegaré hasta tu balcón para morir
convertido en el sol que ilumina
y traspasa cotidiano tus ojos.
De "Si ves que te hablo y anochece"- 2004
Love the view
LOVE THE VIEW
Liverpool, octubre de 1999
Te amo porque eres el otoño,
una lluvia ligera y la hierba mojada.
Te amo y tú ni siquiera lo sabes:
apenas si mi boca se ha posado sobre la miel que derramas.
Sólo cuando la luz de la tarde
detiene el tiempo para que sólo los dos existamos
creo en la ciudad de los jardines y del aire,
creo en la ciudad de la memoria y de los besos:
todos los sonidos del mundo se derraman por tus labios.
De "Si ves que te hablo y anochece"- 2004
Te amo porque eres el otoño,
una lluvia ligera y la hierba mojada.
Te amo y tú ni siquiera lo sabes:
apenas si mi boca se ha posado sobre la miel que derramas.
Sólo cuando la luz de la tarde
detiene el tiempo para que sólo los dos existamos
creo en la ciudad de los jardines y del aire,
creo en la ciudad de la memoria y de los besos:
todos los sonidos del mundo se derraman por tus labios.
De "Si ves que te hablo y anochece"- 2004
viernes, 14 de diciembre de 2007
Ni uno solo de estos versos...
martes, 11 de diciembre de 2007
París, mayo del 98
Pues en tus alas...
Pues en tus alas, ahora que la noche
me atrapa por fin, me he subido
para volar contigo este des-tiempo.
Mi luz son tus ojos de paloma
y mi única memoria son tus huellas
que en el aire blancas como lirios vas dejando.
En tus alas, ser-de-vuelo, voy oculto
hacia ese no-lugar soñado tantas veces
en la fragilidad del tiempo que puedo ya tan lejos
entretejido contemplar. Sólo el amor me queda
después de esta batalla hacia mí mismo:
el amor que sólo existe en el des-tiempo contigo.
De "Un mundo sin memoria".-2005
domingo, 9 de diciembre de 2007
Resumen de este sueño
sábado, 8 de diciembre de 2007
Si ves que te hablo y anochece
Si ves que te hablo y anochece...
Si ves que te hablo y anochece
y el reloj sólo señala el tiempo de la espera.
Si tus ojos reflejan la soledad que existe
en aquella noche de amor de tanto frío.
Si los últimos perfiles de tu voz se ahogan
en aquel mar que aquella noche recorrimos.
No tengas miedo que así me has encontrado,
justo en el destello blanco que la luna
depositó sobre las orillas de tus labios,
justo donde comienza la agonía.
De "Si ves que te hablo y anochece"
Si ves que te hablo y anochece
y el reloj sólo señala el tiempo de la espera.
Si tus ojos reflejan la soledad que existe
en aquella noche de amor de tanto frío.
Si los últimos perfiles de tu voz se ahogan
en aquel mar que aquella noche recorrimos.
No tengas miedo que así me has encontrado,
justo en el destello blanco que la luna
depositó sobre las orillas de tus labios,
justo donde comienza la agonía.
De "Si ves que te hablo y anochece"
Sobrevivir a veces
Te pareces al mar cuando me susurras
y a través de ti me fugo de este mundo de sombras.
En mi angustia te busco con amapolas negras.
Te recorres mis sueños pero nunca me llamas.
A veces te siento volar desde el infinito,
pero tan en silencio...
Que al recostarte en el atardecer de mis labios
siempre acabas quebrándome el lenguaje.
Sólo tus grandes ojos fijos en los míos ausentes
Sobreviven la noche, juntos, insomnes.
De "Si ves que te hablo y anochece"- 2004
Antonio José Mialdea._ Poeta español nacido en Córdoba en 1968.
.
Soñarte así
viernes, 7 de diciembre de 2007
Thistle
Y tú ya no estás
y sin embargo tus caricias en el aire,
Thistle,
abrasan todavía ingenuas mi memoria
como si fueran tus manos.
Y alguno de los piélagos del alma,
de mi alma, Thistle,
todavía te llama
con la voz en el puerto quebrada de las olas.
Yo, a pesar de todo,
te debo la palabra
y todas esa tardes que pasamos
sentados al margen de la vida,
contándonos las cosas cotidianas
y otras que inventamos
huyendo del olvido.
Pero tú ya no estás,
ni siquiera desgarrada por las espinas del frío.
De "Si ves que te hablo y anochece" -2004
y sin embargo tus caricias en el aire,
Thistle,
abrasan todavía ingenuas mi memoria
como si fueran tus manos.
Y alguno de los piélagos del alma,
de mi alma, Thistle,
todavía te llama
con la voz en el puerto quebrada de las olas.
Yo, a pesar de todo,
te debo la palabra
y todas esa tardes que pasamos
sentados al margen de la vida,
contándonos las cosas cotidianas
y otras que inventamos
huyendo del olvido.
Pero tú ya no estás,
ni siquiera desgarrada por las espinas del frío.
De "Si ves que te hablo y anochece" -2004
Tu cuerpo
Eres capaz de resumir el mundo cuando miras,
de trazar el horizonte con la línea tan delgada de tus labios,
de amarrar con tus manos mi vida desatada,
de envolver con tu cuerpo mi cuerpo sin descanso.
Tu cuerpo...
Crepúsculo que tiembla, noche de adentro.
Todo se vuelve oscuro cuando tu cuerpo de palmera
salvaje me detiene,
huracán del sur de cada cosa.
Eres una roca sola en el mar donde sostengo
mi universo sin palabras.
De "Si ves que te hablo y anochece" -2004
de trazar el horizonte con la línea tan delgada de tus labios,
de amarrar con tus manos mi vida desatada,
de envolver con tu cuerpo mi cuerpo sin descanso.
Tu cuerpo...
Crepúsculo que tiembla, noche de adentro.
Todo se vuelve oscuro cuando tu cuerpo de palmera
salvaje me detiene,
huracán del sur de cada cosa.
Eres una roca sola en el mar donde sostengo
mi universo sin palabras.
De "Si ves que te hablo y anochece" -2004
Tu cuerpo de abril
Mientras estuvimos desnudos a distancia
los contornos blancos de tu cuerpo de abril
perfilaban la luz de un tímido universo.
Mientras estuvimos desnudos a distancia
mi palabra era blanca como tu cuerpo de abril
y al llegar hasta ti nunca supe
si era tu luz o mi propio silencio .
Pero ahora tan cerca que mis manos te tocan
y el único espacio que nos queda es azul,
cuando ya las palabras carecen de forma
y sólo son aire que sólo quiere morir:
me pregunto si este amor es sólo un sueño
o una de esas tardes tan extrañas que te amo.
De "Si ves que te hablo y anochece"
los contornos blancos de tu cuerpo de abril
perfilaban la luz de un tímido universo.
Mientras estuvimos desnudos a distancia
mi palabra era blanca como tu cuerpo de abril
y al llegar hasta ti nunca supe
si era tu luz o mi propio silencio .
Pero ahora tan cerca que mis manos te tocan
y el único espacio que nos queda es azul,
cuando ya las palabras carecen de forma
y sólo son aire que sólo quiere morir:
me pregunto si este amor es sólo un sueño
o una de esas tardes tan extrañas que te amo.
De "Si ves que te hablo y anochece"
jueves, 6 de diciembre de 2007
Un verso donde muera
Cuando ya no sea capaz de engendrar estrellas
que alumbren lo mismo tu vientre que tu espalda
o los flujos de la tierra que anochece.
Cuando no cambien de color los lirios si los miras
hacia los tonos curvos de tu cuerpo
o hacia donde se produjo la extática locura.
Búscame entonces un verso donde muera,
un verso que hable de los sueños de la vida
o uno que nos diga de la muerte si tú quieres;
que para amar, no importa lo que diga sino la sangre
que con nuestra sangre envenene cada esquina donde olvido.
Un verso que se calle cuando al corazón nos llegue.
De "Si ves que te hablo y anochece" 2004
que alumbren lo mismo tu vientre que tu espalda
o los flujos de la tierra que anochece.
Cuando no cambien de color los lirios si los miras
hacia los tonos curvos de tu cuerpo
o hacia donde se produjo la extática locura.
Búscame entonces un verso donde muera,
un verso que hable de los sueños de la vida
o uno que nos diga de la muerte si tú quieres;
que para amar, no importa lo que diga sino la sangre
que con nuestra sangre envenene cada esquina donde olvido.
Un verso que se calle cuando al corazón nos llegue.
De "Si ves que te hablo y anochece" 2004
miércoles, 5 de diciembre de 2007
Variación sobre el vértice del frío
A África Vidal con quien aprendí otra forma de leer poesía
Arrival 1946
The boat docked in at Liverpool.
From the train Tariq stared
at an unbroken line of washing
from the North West to Euston.
These are strange people, he thought-
an Empire, and all this washing,
the underwear, the Englishman’s garden.
It was Monday, and very sharp.
Moniza Alvi
Hoy es lunes. En Liverpool llueve
y en mis sueños aparece de repente el vértice del frío,
la afilada línea inquebrantable
donde el mar se convierte en un gran lienzo
en que olas son olores, donde el aire es un cuchillo
que se clava traspasando cada esquina
de este cementerio del tiempo.
Ahora que ante mí desnuda te contemplo
déjame que yo también en tus jardines me desnude
para después morir y renacer en este puerto.
De "El vértice del frío" 2005
Arrival 1946
The boat docked in at Liverpool.
From the train Tariq stared
at an unbroken line of washing
from the North West to Euston.
These are strange people, he thought-
an Empire, and all this washing,
the underwear, the Englishman’s garden.
It was Monday, and very sharp.
Moniza Alvi
Hoy es lunes. En Liverpool llueve
y en mis sueños aparece de repente el vértice del frío,
la afilada línea inquebrantable
donde el mar se convierte en un gran lienzo
en que olas son olores, donde el aire es un cuchillo
que se clava traspasando cada esquina
de este cementerio del tiempo.
Ahora que ante mí desnuda te contemplo
déjame que yo también en tus jardines me desnude
para después morir y renacer en este puerto.
De "El vértice del frío" 2005
Etiquetas:
Variación sobre el vértice del frío
jueves, 19 de julio de 2007
La ciudad de la distancia
Cuando amanece en la ciudad de la distancia
lo que queda de ti son sólo gotas de rocío
y un aroma profundo de lirios que te buscan
como yo mismo te busco vida mía
en este sueño diurno que cruza los mares
que pregunta por ti, que recorre montañas,
que ahora siente frío,
que se hace pintor para trazar estático tu sombra,
y que se empapa de los restos imperfectos
del olvido.
Cuando amanece en la ciudad de la distancia
sólo me queda la verdad que se llama futuro
y mi propia historia que se madeja con tus manos.
"Manual de lluvia", 2007
♥
Hoy escribo nenúfares
Hoy escribo nenúfares. Tu cuerpo
es una flor que se desangra entre mis manos
como si fuera una fuente. Aún siento que tiemblas
en esta cercana lejanía.
Quédate amor, te digo...me dices...
quédate siempre... Yo sé como se sabe el aire
que cuando tu cuerpo tiembla
la luna, aunque esté a mi espalda,
serena, azul y malva, me sonríe.
Hoy escribo nenúfares. Mi cuerpo
descansa dulcemente sobre el tuyo
como si fuera un arroyo de aguas cristalinas,
como si fuera el silencio después de la palabra,
como si nunca más sintiera frío.
"Manual de lluvia", 2007
♥
Quien ha visto como he visto yo
Quien ha visto como he visto yo caer la tarde
iluminada naranja de tus manos,
el cielo de tu piel en este maremoto sin apenas
colores incontables de mis lágrimas;
quien ha visto como he visto yo venir la noche
cambiando los tonos vespertinos por luciérnagas,
y una mariposa buscando su cobijo entre tus labios;
quien ha visto como he visto yo nacer el alba
vestida de tu cuerpo y mi memoria;
jamás desearía la luz que se abre tras tu aliento,
esta libertad tan oscura,
este gélido gemido que no amaina.
"Manual de lluvia", 2007
♥
Etiquetas:
Quien ha visto como he visto yo
Aún así seguiré en este mar
miércoles, 18 de julio de 2007
Un mundo sin memoria
Aproximación indecente al Cántico espiritual
de San Juan de la Cruz
I Voy a escribirte de un mundo sin memoria. Los océanos engulleron las últimas palabras. Sólo sobrevivió tu nombre en este caos perdido entre la última tarde y esta nada tan particular donde me encuentro. En esta soledad te busco herido de muerte y agotado, y sólo me queda una pregunta, la de siempre: ¿dónde estás, en medio de qué fibras? ¿Dónde queman ya tus llamas, entre qué cadáveres y flores? ¿Hay algún claro en este bosque todavía? de San Juan de la Cruz
II Desnudo a pocos metros de mi cuerpo espero, mejor hubiera sido, seguro, despedirme de ti pero te ansío. Tu palabra es esta misma ciudad de infinitas verdades y mentiras donde sé que para hallarte he de morir entre cristalinas fuentes y arrayanes en este desierto nupcial que acabará conmigo.
III En este callar tan largo que sobrevuela mil vuelos se quiebra el aire. Mis manos quieren ser agua sobre tu piel y tus labios. Mis ojos quieren ser faros de los secretos recónditos del tiempo. Pero este maldito frío me desangra, inmóvil, inerte, azul, sin tregua. He preguntado por ti en todos los lugares, pero nadie sabe decirme nada de tu fuego, nadie… IV Buscaré aunque no me quede más palabra que yo mismo, infértil agonía. Entre las ruinas del mundo y tu recuerdo de caricias de muerte sobrevivo. Adelgazo más si cabe estas páginas de mar para que escuches la infinidad cansada del hastío y de lábiles estrellas que se rompen en cada noche de placer: un solo instante era el anuncio de tu marcha tras la herida.
V Aún así seguiré en este mar interminable de silencio de besos que te tocan. La misma soledad que se detiene en el inmenso abismo en que te sueño, esclavo aún de mí, de mis infiernos. Deseo alzar los pies pero la tierra no para de empapar atravesando con su lento rocío mi cuerpo de cristal. VI Es urgente que tu cuerpo abrace al mío después del mediodía. Que esta vigilia insomne acurruque mis desvelos, que ya es hora de que cures este jardín cerrado, que ya es hora de que la lluvia calme esta sequedad que hiere. VII Ni uno solo de estos versos incendiará mi pecho como lo incendiará mirarte. Esta muerte, cada vez más honda, esta noche de luna en que tus manos defienden mi hermosura, estas alas que siento batir sobre el aire cansado me descubren tu rostro de absoluto vacío.
VIII
Pues en tus alas, ahora que la noche
me atrapa por fin, me he subido
para volar contigo este des-tiempo.
Mi luz son tus ojos de paloma
y mi única memoria son tus huellas
que en el aire blancas como lirios vas dejando.
En tus alas, ser-de-vuelo, voy oculto
hacia ese no-lugar soñado tantas veces
en la fragilidad del tiempo que puedo ya tan lejos
entretejido contemplar. Sólo el amor me queda
después de esta batalla hacia mí mismo:
el amor que sólo existe en el des-tiempo contigo.
Donde recogí tus lágrimas
Cuando todas las noches se hagan una sola
y desaparezcan todas las medidas;
cuando crezca un sueño donde recogí tus lágrimas
y recite tus versos como si yo fuera un pájaro;
cuando vuele tan alto que mis ojos se pierdan
y mis deseos sean pasos que tú ya no oyes;
cuando la única frontera entre el suelo y el aire
sea la línea infinita que divide tus labios;
déjame entonces que mi boca abandone la palabra
con la misma claridad con que ahora te siento.
"Manual de lluvia", 2007
♥
De ámbar, de miel y de azucenas
Deja que te ame así, con mis palabras,
las vestiré de ámbar, de miel y de azucenas
y construiré muy despacio la silueta de un río
para que en ella se abracen
esta urgencia que tengo por amarte
con tus ojos ausentes todavía,
el arrayán a que saben tus besos
con este naufragio irremediable de los míos.
Deja que te ame así, con mis palabras,
hasta que mi cuerpo sea con el tuyo un solo cuerpo
hasta que esté tan cerca de ti, tan cerca
que la ciudad de la distancia donde vivo
sea mañana el mar de tus labios donde muera.
"Manual de lluvia", 2007
Desde que escucho llover
El oficio de oír llover,
Javier Marías
Desde que escucho llover mi palabra es lenta
y las gotas de lluvia, como tus lágrimas,
resbalan lentas por estas hojas de otoño.
Desde que tú lloras la lluvia y el tiempo
acompasan el ritmo de los mensajes del agua,
desde el norte hasta el sur, desde el otero
hasta esta infinita soledad de un mar en calma
en el que tantas y tantas veces
aún hoy me parece que te espero.
"Manual de lluvia", 2007
La muerte, esquiva todavía
Tú miras a la muerte,
pero la muerte aún esquiva
te ruega un último intento de aferrarte
a esta vida –ya lo sé– de cielos y de tierras
que son sólo para ti mares lejanos.
Tú miras a la muerte
y yo miro tus labios grises que se abren
para entonar ese cántico futuro, todavía
en medio de esta noche tan oscura
de tan poca memoria y tanto frío.
"Manual de lluvia", 2007
♥
El desierto y la nostalgia
Mis manos de espuma
A mi hija Celia
Esta vida tan vertical y tan frágil
en mis manos de espuma,
tan extremadamente hermosa,
horizontal como el páramo
en las tuyas.
Esta vida que comienza a ser memoria,
a ser palabra, en mis manos de espuma;
manual exacto de un futuro incierto
pero futuro al cabo
en las tuyas.
"Manual de lluvia", 2007
♥
Mis manos encendidas
Este cielo de la memoria de un azul intenso
se parece al día en que murieron tus labios
en mis manos encendidas.
Mi recuerdo, ahora como el cierzo
–a fin de cuentas aire–,
cabalga por los montes buscando tus amores
en este armario de sueños,
en esta fragilidad suprema en que me encuentras
ahora que es de noche.
"Manual de lluvia", 2007
♥
Así de simple
La estación de la lluvia
jueves, 22 de marzo de 2007
Voy a escribirte...
Voy a escribirte de un mundo sin memoria.
Los océanos engulleron las últimas palabras.
Sólo sobrevivió tu nombre en este caos
perdido entre la última tarde y esta nada
tan particular donde me encuentro.
En esta soledad te busco herido de muerte y agotado,
y sólo me queda una pregunta, la de siempre:
¿dónde estás, en medio de qué fibras?
¿Dónde queman ya tus llamas, entre qué cadáveres y flores?
¿Hay algún claro en este bosque todavía?
♥
Los océanos engulleron las últimas palabras.
Sólo sobrevivió tu nombre en este caos
perdido entre la última tarde y esta nada
tan particular donde me encuentro.
En esta soledad te busco herido de muerte y agotado,
y sólo me queda una pregunta, la de siempre:
¿dónde estás, en medio de qué fibras?
¿Dónde queman ya tus llamas, entre qué cadáveres y flores?
¿Hay algún claro en este bosque todavía?
♥
Suscribirse a:
Entradas (Atom)