martes, 17 de agosto de 2010

Cuando ya no sea capaz de engendrar estrellas...



Cuando ya no sea capaz de engendrar estrellas

que alumbren lo mismo tu vientre que la espalda
o los flujos de la tierra que anochece.
Cuando no cambien de color los lirios si los miras
hacia los tonos curvos de tu cuerpo
o hacia donde se produjo la extática locura.

Búscame entonces un verso donde muera,
un verso que hable de los sueños de la vida
o uno que nos diga de la muerte si tú quieres;
que para amar, no importa lo que diga
sino la sangre que con nuestra sangre envenene
cada esquina donde olvido.

Un verso que se calle
cuando al corazón nos llegue.

.

viernes, 17 de abril de 2009

Me bautizo en tu amor cada día



Me bautizo en tu amor cada mañana
Sé que eres conmigo
porque me bautizo en tu amor cada mañana
con las últimas gotas de rocío.
Dibujo en tu silencio un arco iris
deshago mis manos en tus manos
y decido así morir, no importa, derramado.
Te buscan mis versos sin palabras
en esta luz tan tenue,
en este espacio sin espacio en que te amo
y camino tras de ti y todo encaja:
la verdad y la mentira,
el mundo y, sin embargo,
todo queda detenido
en esta luz que intuyo cada tarde
cada vez que te nombro...


"Manual de lluvia", 2006

.













martes, 17 de febrero de 2009

Ese vértigo constante de rocío

.
A Teresa de Jesús.

.
Todo lo entiendo ahora pero sigo aquí en la nada
de este espacio vacío que ni siquiera tú llenas.
Las pequeñas cosas como la melancolía
se han quedado aisladas en un lento naufragio,
en un silencio infinito que espera,
en un fuego que ya no derrite
tampoco mis manos.
Nada te turbe, nada te espante,
Pero dime tú si en esta oscuridad inmensa
podría morir contigo cualquier tarde.
Si tú me salvarás de este mar de escombros y agonía,
regalándome tu fuego, tus pasos, tus deseos,
ese vértigo constante de rocío,
que te hizo cómplice del viento,
en cada cansancio cada día.
Todo se pasa, Dios no se muda,
Todo se pasa, sí, menos esta soledad de nieve,
este inhóspito frío. Las estrellas azules
–en mis labios que sangran–
se derraman y sellan mi boca vacía.
Los pocos rayos de sol que me tocan
me duelen en una secreta ternura
de lábiles reflejos de colores.
La paciencia todo lo alcanza;
Quizá deba esperar a que amanezca
inmerso en esta noche solitaria.
El mismo mar traza senderos que iluminan
cualquier barco de tristezas, cualquier trozo
de este cuerpo ya en ruinas.
Aún puedo ver venir el tiempo
en alas que acarician los límites grises de mi sueño.
Quien a Dios tiene nada le falta:
Haré como tú me dices: mi mirada
Siempre puesta en el centro,
Este centro que es objeto y fin de mi conquista,
este centro que es adentro y es afuera,
este centro que es camino y es posada,
que a veces lluvia y otras más sequía.
Este centro que es Todo y es Nada.
Sólo Dios basta.


"Manual de lluvia", 2006


.

jueves, 27 de diciembre de 2007

Amor dame la mano























La mano suele ser lo primero que muere
pero en tu caso es el fuego
que mantiene el incendio y la agonía
de la fragilidad presente que ya eres
y de la ausencia poderosa que te esquiva
en el recuerdo azul.
Contigo sé que la verdad
-si acaso-
finge...

De "El vértice del frío"-2005

Ausencia

Ausencia llamaré al murmullo del mar sobre tu cuerpo,
al cielo gris,
a la golondrina que busca tu pecho cada tarde,
a tu silencio cansado de morir
en las esquinas del mundo.
Ausencia llamaré
a las manos de tu voz quebrando el aire
en busca de las alas de mi voz que a ti te llaman.
Ausencia llamaré
a tus labios que rozan los cristales del tiempo
para clavar en mis ojos melodías de sangre.

De "Si ves que te hablo y anochece"


miércoles, 26 de diciembre de 2007

Buscaré...

















Buscaré aunque no me quede más palabra
que yo mismo, infértil agonía.
Entre las ruinas del mundo y tu recuerdo
de caricias de muerte sobrevivo.
Adelgazo más si cabe estas páginas de mar
para que escuches la infinidad cansada del hastío
y de lábiles estrellas que se rompen
en cada noche de placer: un solo instante
era el anuncio de tu marcha tras la herida.


De "Un mundo sin memoria".-2005

martes, 25 de diciembre de 2007

Como tú amas.

Amar como tú amas
con el cáliz de la soledad entre tus pechos
es convocar la débil frontera del delirio.
El mar es tu horizonte más cercano.
Amar en el callejón oscuro de la espera
con el corazón clavado en la memoria
de los mínimos deseos: cuando amar
era sólo dividir las flores en esferas
e inventar de madrugada melodías.


De "Si ves que te hablo y anochece"-2004

Con la sola mirada del deseo.

Ahora te seguiré queriendo
aunque tu voz se haya escondido para siempre entre las olas
y mi voz se haya convertido en un velero cansado.
Hemos envejecido de repente con la sola mirada del deseo.
Ahora te seguiré queriendo
con ese amor que carece de palabras,
ese amor que no tiene más memoria
que la del mismo amor naciendo.

De "Si ves que te hablo y anochece"

Creación.













Recuerdo del cuadro “Vista de la Bahía” de Juan Gris

Tus sueños. Los míos.
Construyamos un mundo.
De guitarras y veleros de madrugada
De ventanas de afuera y de adentro
De lunas de jazmín.
Tus ojos. Mi alma.


De "Si ves que te hablo y anochece"- 2004

lunes, 24 de diciembre de 2007

Desnudo pocos metros...

Desnudo a pocos metros de mi cuerpo espero,
mejor hubiera sido, seguro, despedirme
de ti pero te ansío. Tu palabra es esta misma ciudad
de infinitas verdades y mentiras
donde sé que para hallarte he de morir
entre cristalinas fuentes y arrayanes
en este desierto nupcial que acabará conmigo. 


.
De "Un mundo sin memoria".-2005

domingo, 23 de diciembre de 2007

El vértice del frío















Ahora que en mis sueños atardece
por última vez escribo en el vértice del frío
y sólo tú podrás quebrar mi sombra.
Si hubieras visto el mar anegado de flores,
y tu palabra en tus manos y en mis manos el aire
ardiendo entre dos gotas de rocío,
comprenderías por qué construyo el mundo
en este lienzo en que las olas son olores
en el vértice del frío.


De "El vértice del frío"-2005

El no-lugar donde me sueño

Alargaré mis brazos como ramas
y con ellos rodearé el mar, tus fantasías
y aquella tarde en que por vez primera
de una gota de agua nació el fuego.
Alargaré mis brazos si me dejas
defender la soledad con que te escribo
cada verso, cada tarde, cada océano
acurrucado en las sombras de tu cuerpo.
Alargaré mis brazos muy callado
y regresaré al mismo silencio donde siempre
te recuerdo las mismas veces que te olvido:
el no-lugar donde te sueño.

Ese no-lugar donde te sueño
es tu voz sobre las olas meciendo la tristeza,
el amor invisible que navega a tu lado
sin apenas rozarte.
La noche que sonríe mientras te hiere
con rituales que recorren la flor de tu cuerpo.
Tu ser-de-vuelo, tu secreto en el mar
ahora se desangra y te abre los labios
para que yo muera en ellos de manera inexacta
como la voz sobre las olas cuando mece tu tristeza
en un tiempo en que tú ni eras todavía.


De "El vértice del frío"-2005

En este callar tan largo...

En este callar tan largo que sobrevuela mil vuelos
se quiebra el aire. Mis manos quieren ser agua
sobre tu piel y tus labios. Mis ojos quieren ser faros
de los secretos recónditos del tiempo.
Pero este maldito frío me desangra,
inmóvil, inerte, azul, sin tregua.
He preguntado por ti en todos los lugares,
pero nadie sabe decirme nada de tu fuego,
nadie…
Nadie…

De "Un mundo sin memoria".-2005

El color imposible de la tarde.

Si tuviera que elegir
prefiero la distancia,
los colores imposibles de la tarde.
Prefiero estar perdido en medio de mis sueños.
Si tuviera que elegir,
elegiría tu silencio de amor que nunca llega.
Así no me recordarás a nadie.
Si tuviera que elegir
preferiría la carne de tus labios,
esa mezcla de futuro y de agonía,
ese puñal suave que me clavas
y que yo tan pronto olvido


De "Si ves que te hablo y anochece"-2004

Entre el café y tu mirada

Entre el café y tu mirada
algún verso escondido. Te llamo,
me llamas
y que decida este sorbo de sangre:
si hoy es preciso morir moriré
entre tu olor mojado de lirios
y abrazado a tus pies descalzos.
Mañana sólo es mañana.


De "Si ves que te hablo y anochece" -2004

Es urgente que tu cuerpo...













Es urgente que tu cuerpo
abrace al mío después del mediodía.
Que esta vigilia insomne
acurruque mis desvelos, que ya es hora
de que cures este jardín cerrado, que ya es hora
de que la lluvia calme esta sequedad que hiere.

De "Un mundo sin memoria".-2005

jueves, 20 de diciembre de 2007

He muerto de amor algunas veces

Porque he muerto de amor algunas veces
sé que hoy estás muriendo de amor y sólo quieres
respirar el perfume del naranjo anochecido.
Porque he naufragado de amor algunas veces
y he sido gris, y ola y mar y marinero
en busca del sabor amargo de la tierra.
Porque sé lo que es vivir desnudo en el invierno
sin otra visión que mi delirio y de repente
como de amor morir entre unos brazos.
Porque he muerto de amor algunas veces
entre fuentes de agua cristalina y arrayanes
sé que estás muriendo de amor, amiga mía,
como muere el azahar cuando amanece.


De "Si ves que te hablo y anochece"- 2004




La Sombra del Membrillo Junio 2004, N°. 2.


Es la primera vez que vuelvo sobre
alguno de mis poemas para reflexionar sobre
el proceso que me condujo a escribirlo.
Siempre hay una primera vez. Como el poema
no lo he elegido yo, me encontraré con más
libertad para decir algo sobre su creación.
Quien haya leído ya algún poema mío habrá
podido comprobar que yo no sigo método
alguno, es decir, nunca me planteo un tipo
de estrofa, nunca me planteo una
determinada rima (sí me planteo, sin duda,
el ritmo del poema). El no seguir un método
no es algo que sólo se pueda aplicar a mis
versos, sino que debe aplicarse, por suerte o
por desgracia, a mi vida. Lo que escribo, por
tanto, refleja bien mi manera de ser. Un
profesor de mis tiempos universitarios me
definió como un “totum revolutum”. En aquel
momento no me sentó bien, pero con el paso
de los años he comprendido que no andaba
muy desencaminado.
El proceso creativo de “He muerto de
amor algunas veces”, a pesar de no constituir
un ejemplo poético de nada, tiene aspectos
que se pueden considerar comunes cuando
escribo -por cierto, yo no soy escritor
(profesional), soy escribidor (aficionado) -.
Uno de los aspectos comunes que quizás no
se ve tan reflejado en el poema es el tiempo
que tardo en escribirlo: mucho. Primero surge
la experiencia originaria, es decir, el
acontecimiento que provoca los versos. En
este caso se trata de un hecho real, una
conversación con una amiga que atravesaba
malos momentos a causa de un amor no
correspondido. Si unimos a este hecho una
serie de lecturas que por esos momentos me
rondaban (el poema “Noche oscura” de San
Juan de la Cruz, la “Canción desesperada”
de Neruda, algunos versos de Alberti...),
obtenemos la experiencia originaria del
poema. Lo demás ya es pura elaboración o
experiencia textual. Otro de los aspectos
comunes que rodean casi todo lo que escribo
son los espacios y los tiempos. Respecto a los
espacios, son tres los que constantemente me
circundan: Córdoba, Málaga y Granada, y
eso se nota constantemente en mi forma de
escribir (los naranjos y el olor del azahar de
Córdoba, los elementos marítimos
malagueños, las fuentes de agua cristalina y
los arrayanes de la Alhambra de Granada...).
Respecto a los tiempos, confieso que la noche
y el momento en que despunta el alba son
mi predilección. La noche es el tiempo poético
del amor por excelencia. Cuando amanece,
todo se transforma, como el perfume del
azahar, hasta la siguiente noche.


Antonio José Mialdea Baena (1968) es un
destacado especialista en la figura de San
Juan de la Cruz. Doctor en Filología y
licenciado en Estudios Eclesiásticos, tiene en
su haber la publicación de numerosos trabajos
sobre la recepción en España del místico de
Fontiveros. Entre ellos destaca la reciente
publicación de su tesis doctoral, La recepción
de la obra literaria de San Juan de la Cruz en
España (siglos XVII-XIX) (Madrid, Fundación
Universitaria Española, 2004). Como editor,
su interés por la lexicografía histórica le ha
llevado a la edición del Alfabeto Segundo del
lexicógrafo cordobés Francisco del Rosal, de
1601, así como País de ensueño (1911) y Libro
sin título (1912), de Antonio Porras Márquez.
Vinculado a la Universidad de Córdoba en
el campo de la Teoría de la Literatura y de la
Recepción literaria, es también asiduo
colaborador de revistas como Cuadernos del
Sur, San Juan de la Cruz o Alfinge. Mialdea
une a su interés investigador una actividad
creadora no menos interesante, en la que
sobresale su poemario inédito Si ves que te
hablo y anochece…






La Sombra del Membrillo Junio 2004, N°. 2.
Israel Scheroff
HE MUERTO DE AMOR ALGUNAS VECES



miércoles, 19 de diciembre de 2007

Intentaré no morir.

Después de tanto manantial de fuego
encendiendo mi piel de atardeceres ebrios
quién podrá sobrevivir
a este silencio tan oscuro.
Tu cuerpo, el aire y la palmera
la música que calla en el latir de tu pecho
mi voz que se ahoga si tu voz la llama.
Intentaré no morir
pero si muero
que me entierren recostado en tu palabra
y envuelto en azahar aunque sea invierno.
De "Si ves que te hablo y anochece"-2004




domingo, 16 de diciembre de 2007

La espera y la lluvia















Como ya no me quedan lágrimas en esta noche
esperaré para llorar tu ausencia con la lluvia.
Mientras tanto viviré en el último silencio
que me dejaste derramado por tus labios
para seguir amándote.
Cuando ya no me quede dolor en esta noche
entonces llegaré hasta tu balcón para morir
convertido en el sol que ilumina
y traspasa cotidiano tus ojos.




De "Si ves que te hablo y anochece"- 2004

Love the view




LOVE THE VIEW
Liverpool, octubre de 1999

Te amo porque eres el otoño,
una lluvia ligera y la hierba mojada.
Te amo y tú ni siquiera lo sabes:
apenas si mi boca se ha posado sobre la miel que derramas.
Sólo cuando la luz de la tarde
detiene el tiempo para que sólo los dos existamos
creo en la ciudad de los jardines y del aire,
creo en la ciudad de la memoria y de los besos:
todos los sonidos del mundo se derraman por tus labios.

De "Si ves que te hablo y anochece"- 2004

viernes, 14 de diciembre de 2007

Ni uno solo de estos versos...

Ni uno solo de estos versos
incendiará mi pecho como lo incendiará mirarte.
Esta muerte, cada vez más honda, esta noche
de luna en que tus manos defienden mi hermosura,
estas alas que siento batir sobre el aire cansado
me descubren tu rostro de absoluto vacío.


De "Un mundo sin memoria".-2005

martes, 11 de diciembre de 2007

París, mayo del 98




De ti sólo tu fuego,
la palabra desnuda,
la mirada de un océano
y el silencio de un beso naufragando
por la ribera del Sena en un cuadro de Chagall.
Fíjate qué poco quiero:
ser solamente un pincel sangrando
madrugadas eternas
en la carne temblorosa de tus senos



De "Si ves que te hablo y anochece"- 2004.

Pues en tus alas...
















Pues en tus alas, ahora que la noche
me atrapa por fin, me he subido
para volar contigo este des-tiempo.
Mi luz son tus ojos de paloma
y mi única memoria son tus huellas
que en el aire blancas como lirios vas dejando.
En tus alas, ser-de-vuelo, voy oculto
hacia ese no-lugar soñado tantas veces
en la fragilidad del tiempo que puedo ya tan lejos
entretejido contemplar. Sólo el amor me queda
después de esta batalla hacia mí mismo:
el amor que sólo existe en el des-tiempo contigo.
De "Un mundo sin memoria".-2005

domingo, 9 de diciembre de 2007

Resumen de este sueño

El universo
son los últimos colores de la tarde
y tus ojos infinitos.
La palabra,
en el lábil puerto de la espera
para no quebrar ingenua
ese mágico crepúsculo que eres,
que siento.


De "Si ves que te hablo y anochece"- 2004

sábado, 8 de diciembre de 2007

Si ves que te hablo y anochece

Si ves que te hablo y anochece...
Si ves que te hablo y anochece
y el reloj sólo señala el tiempo de la espera.
Si tus ojos reflejan la soledad que existe
en aquella noche de amor de tanto frío.
Si los últimos perfiles de tu voz se ahogan
en aquel mar que aquella noche recorrimos.
No tengas miedo que así me has encontrado,
justo en el destello blanco que la luna
depositó sobre las orillas de tus labios,
justo donde comienza la agonía.

De "Si ves que te hablo y anochece"

Sobrevivir a veces






Te pareces al mar cuando me susurras
y a través de ti me fugo de este mundo de sombras.
En mi angustia te busco con amapolas negras.
Te recorres mis sueños pero nunca me llamas.
A veces te siento volar desde el infinito,
pero tan en silencio...
Que al recostarte en el atardecer de mis labios
siempre acabas quebrándome el lenguaje.
Sólo tus grandes ojos fijos en los míos ausentes
Sobreviven la noche, juntos, insomnes.

De "Si ves que te hablo y anochece"- 2004

Antonio José Mialdea._
Poeta español nacido en Córdoba en 1968.

.

Soñarte así

























Ya sabes que te sueño en los perfiles del mundo.
Allí esperaré tus besos cada tarde.
Soñarte es morir, lo sé, pero no importa.
Morir así es como rescatarme
del sueño de tener que vivir clavado en la memoria
de aquellos besos -¿recuerdas?- que lloraron en el aire.


De "Si ves que te hablo y anochece" -2004

viernes, 7 de diciembre de 2007

Thistle

Y tú ya no estás
y sin embargo tus caricias en el aire,
Thistle,
abrasan todavía ingenuas mi memoria
como si fueran tus manos.
Y alguno de los piélagos del alma,
de mi alma, Thistle,
todavía te llama
con la voz en el puerto quebrada de las olas.
Yo, a pesar de todo,
te debo la palabra
y todas esa tardes que pasamos
sentados al margen de la vida,
contándonos las cosas cotidianas
y otras que inventamos
huyendo del olvido.
Pero tú ya no estás,
ni siquiera desgarrada por las espinas del frío.

De "Si ves que te hablo y anochece" -2004

Tu cuerpo



Eres capaz de resumir el mundo cuando miras,
de trazar el horizonte con la línea tan delgada de tus labios,
de amarrar con tus manos mi vida desatada,
de envolver con tu cuerpo mi cuerpo sin descanso.
Tu cuerpo...
Crepúsculo que tiembla, noche de adentro.
Todo se vuelve oscuro cuando tu cuerpo de palmera
salvaje me detiene,
huracán del sur de cada cosa.
Eres una roca sola en el mar donde sostengo
mi universo sin palabras.


De "Si ves que te hablo y anochece" -2004

Tu cuerpo de abril

Mientras estuvimos desnudos a distancia
los contornos blancos de tu cuerpo de abril
perfilaban la luz de un tímido universo.
Mientras estuvimos desnudos a distancia
mi palabra era blanca como tu cuerpo de abril
y al llegar hasta ti nunca supe
si era tu luz o mi propio silencio .
Pero ahora tan cerca que mis manos te tocan
y el único espacio que nos queda es azul,
cuando ya las palabras carecen de forma
y sólo son aire que sólo quiere morir:
me pregunto si este amor es sólo un sueño
o una de esas tardes tan extrañas que te amo.


De "Si ves que te hablo y anochece"

jueves, 6 de diciembre de 2007

Un verso donde muera

Cuando ya no sea capaz de engendrar estrellas
que alumbren lo mismo tu vientre que tu espalda
o los flujos de la tierra que anochece.
Cuando no cambien de color los lirios si los miras
hacia los tonos curvos de tu cuerpo
o hacia donde se produjo la extática locura.
Búscame entonces un verso donde muera,
un verso que hable de los sueños de la vida
o uno que nos diga de la muerte si tú quieres;
que para amar, no importa lo que diga sino la sangre
que con nuestra sangre envenene cada esquina donde olvido.
Un verso que se calle cuando al corazón nos llegue.

De "Si ves que te hablo y anochece" 2004

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Variación sobre el vértice del frío

A África Vidal con quien aprendí otra forma de leer poesía

Arrival 1946
The boat docked in at Liverpool.
From the train Tariq stared
at an unbroken line of washing
from the North West to Euston.

These are strange people, he thought-
an Empire, and all this washing,
the underwear, the Englishman’s garden.
It was Monday, and very sharp.
Moniza Alvi

Hoy es lunes. En Liverpool llueve
y en mis sueños aparece de repente el vértice del frío,
la afilada línea inquebrantable
donde el mar se convierte en un gran lienzo
en que olas son olores, donde el aire es un cuchillo
que se clava traspasando cada esquina
de este cementerio del tiempo.
Ahora que ante mí desnuda te contemplo
déjame que yo también en tus jardines me desnude
para después morir y renacer en este puerto.

De "El vértice del frío" 2005

jueves, 19 de julio de 2007

La ciudad de la distancia




















Cuando amanece en la ciudad de la distancia
lo que queda de ti son sólo gotas de rocío
y un aroma profundo de lirios que te buscan
como yo mismo te busco vida mía
en este sueño diurno que cruza los mares
que pregunta por ti, que recorre montañas,
que ahora siente frío,
que se hace pintor para trazar estático tu sombra,
y que se empapa de los restos imperfectos
del olvido.
Cuando amanece en la ciudad de la distancia
sólo me queda la verdad que se llama futuro
y mi propia historia que se madeja con tus manos.

"Manual de lluvia", 2007




Hoy escribo nenúfares


















Hoy escribo nenúfares. Tu cuerpo
es una flor que se desangra entre mis manos
como si fuera una fuente. Aún siento que tiemblas
en esta cercana lejanía.
Quédate amor, te digo...me dices...
quédate siempre... Yo sé como se sabe el aire
que cuando tu cuerpo tiembla
la luna, aunque esté a mi espalda,
serena, azul y malva, me sonríe.
Hoy escribo nenúfares. Mi cuerpo
descansa dulcemente sobre el tuyo
como si fuera un arroyo de aguas cristalinas,
como si fuera el silencio después de la palabra,
como si nunca más sintiera frío.

"Manual de lluvia", 2007


Quien ha visto como he visto yo
















Quien ha visto como he visto yo caer la tarde
iluminada naranja de tus manos,
el cielo de tu piel en este maremoto sin apenas
colores incontables de mis lágrimas;
quien ha visto como he visto yo venir la noche
cambiando los tonos vespertinos por luciérnagas,
y una mariposa buscando su cobijo entre tus labios;
quien ha visto como he visto yo nacer el alba
vestida de tu cuerpo y mi memoria;
jamás desearía la luz que se abre tras tu aliento,
esta libertad tan oscura,
este gélido gemido que no amaina.


"Manual de lluvia", 2007


Aún así seguiré en este mar

























Aún así seguiré en este mar interminable
de silencio de besos que te tocan.
La misma soledad que se detiene
en el inmenso abismo en que te sueño,
esclavo aún de mí, de mis infiernos.
Deseo alzar los pies pero la tierra
no para de empapar atravesando
con su lento rocío mi cuerpo de cristal.


miércoles, 18 de julio de 2007

Un mundo sin memoria

Aproximación indecente al Cántico espiritual
de San Juan de la Cruz
I Voy a escribirte de un mundo sin memoria. Los océanos engulleron las últimas palabras. Sólo sobrevivió tu nombre en este caos perdido entre la última tarde y esta nada tan particular donde me encuentro. En esta soledad te busco herido de muerte y agotado, y sólo me queda una pregunta, la de siempre: ¿dónde estás, en medio de qué fibras? ¿Dónde queman ya tus llamas, entre qué cadáveres y flores? ¿Hay algún claro en este bosque todavía?
II Desnudo a pocos metros de mi cuerpo espero, mejor hubiera sido, seguro, despedirme de ti pero te ansío. Tu palabra es esta misma ciudad de infinitas verdades y mentiras donde sé que para hallarte he de morir entre cristalinas fuentes y arrayanes en este desierto nupcial que acabará conmigo.

III En este callar tan largo que sobrevuela mil vuelos se quiebra el aire. Mis manos quieren ser agua sobre tu piel y tus labios. Mis ojos quieren ser faros de los secretos recónditos del tiempo. Pero este maldito frío me desangra, inmóvil, inerte, azul, sin tregua. He preguntado por ti en todos los lugares, pero nadie sabe decirme nada de tu fuego, nadie… IV Buscaré aunque no me quede más palabra que yo mismo, infértil agonía. Entre las ruinas del mundo y tu recuerdo de caricias de muerte sobrevivo. Adelgazo más si cabe estas páginas de mar para que escuches la infinidad cansada del hastío y de lábiles estrellas que se rompen en cada noche de placer: un solo instante era el anuncio de tu marcha tras la herida.
V Aún así seguiré en este mar interminable de silencio de besos que te tocan. La misma soledad que se detiene en el inmenso abismo en que te sueño, esclavo aún de mí, de mis infiernos. Deseo alzar los pies pero la tierra no para de empapar atravesando con su lento rocío mi cuerpo de cristal. VI Es urgente que tu cuerpo abrace al mío después del mediodía. Que esta vigilia insomne acurruque mis desvelos, que ya es hora de que cures este jardín cerrado, que ya es hora de que la lluvia calme esta sequedad que hiere. VII Ni uno solo de estos versos incendiará mi pecho como lo incendiará mirarte. Esta muerte, cada vez más honda, esta noche de luna en que tus manos defienden mi hermosura, estas alas que siento batir sobre el aire cansado me descubren tu rostro de absoluto vacío.
VIII

Pues en tus alas, ahora que la noche
me atrapa por fin, me he subido
para volar contigo este des-tiempo.
Mi luz son tus ojos de paloma
y mi única memoria son tus huellas
que en el aire blancas como lirios vas dejando.
En tus alas, ser-de-vuelo, voy oculto
hacia ese no-lugar soñado tantas veces
en la fragilidad del tiempo que puedo ya tan lejos
entretejido contemplar. Sólo el amor me queda
después de esta batalla hacia mí mismo:
el amor que sólo existe en el des-tiempo contigo.

Donde recogí tus lágrimas












Cuando todas las noches se hagan una sola
y desaparezcan todas las medidas;
cuando crezca un sueño donde recogí tus lágrimas
y recite tus versos como si yo fuera un pájaro;
cuando vuele tan alto que mis ojos se pierdan
y mis deseos sean pasos que tú ya no oyes;
cuando la única frontera entre el suelo y el aire
sea la línea infinita que divide tus labios;
déjame entonces que mi boca abandone la palabra
con la misma claridad con que ahora te siento.


"Manual de lluvia", 2007



De ámbar, de miel y de azucenas
























Deja que te ame así, con mis palabras,
las vestiré de ámbar, de miel y de azucenas
y construiré muy despacio la silueta de un río
para que en ella se abracen
esta urgencia que tengo por amarte
con tus ojos ausentes todavía,
el arrayán a que saben tus besos
con este naufragio irremediable de los míos.
Deja que te ame así, con mis palabras,
hasta que mi cuerpo sea con el tuyo un solo cuerpo
hasta que esté tan cerca de ti, tan cerca
que la ciudad de la distancia donde vivo
sea mañana el mar de tus labios donde muera.

"Manual de lluvia", 2007

Desde que escucho llover

























El oficio de oír llover,
Javier Marías


Desde que escucho llover mi palabra es lenta
y las gotas de lluvia, como tus lágrimas,
resbalan lentas por estas hojas de otoño.
Desde que tú lloras la lluvia y el tiempo
acompasan el ritmo de los mensajes del agua,
desde el norte hasta el sur, desde el otero
hasta esta infinita soledad de un mar en calma
en el que tantas y tantas veces
aún hoy me parece que te espero.

"Manual de lluvia", 2007

La muerte, esquiva todavía













Tú miras a la muerte,
pero la muerte aún esquiva
te ruega un último intento de aferrarte
a esta vida –ya lo sé– de cielos y de tierras
que son sólo para ti mares lejanos.
Tú miras a la muerte
y yo miro tus labios grises que se abren
para entonar ese cántico futuro, todavía
en medio de esta noche tan oscura
de tan poca memoria y tanto frío.

"Manual de lluvia", 2007


El desierto y la nostalgia


















La palabra cerrada,
el barro dormido,
la llama que se apaga lentamente
y estos sueños que dudan
entre el desierto y la nostalgia.
Las huellas de la sangre que se borran
al caer sobre la humedad de tu cuerpo.
Y yo, aquí me ves, perdido
como siempre
entre tus brazos.

"Manual de lluvia", 2007


Mis manos de espuma














A mi hija Celia


Esta vida tan vertical y tan frágil
en mis manos de espuma,
tan extremadamente hermosa,
horizontal como el páramo
en las tuyas.
Esta vida que comienza a ser memoria,
a ser palabra, en mis manos de espuma;
manual exacto de un futuro incierto
pero futuro al cabo
en las tuyas.


"Manual de lluvia", 2007


Mis manos encendidas










Este cielo de la memoria de un azul intenso
se parece al día en que murieron tus labios
en mis manos encendidas.
Mi recuerdo, ahora como el cierzo
–a fin de cuentas aire–,
cabalga por los montes buscando tus amores
en este armario de sueños,
en esta fragilidad suprema en que me encuentras
ahora que es de noche.

"Manual de lluvia", 2007




Así de simple
















Desnúdate, amor, el alma que voy
hacia ti rozando la primera luz, entero.
Llevo conmigo la noche por si nos hace falta
y el perfume de azahar en un trozo de cielo.
Espérame, amor, con los ojos cerrados
con tus labios convertidos en velero.


"Manual de lluvia"




La estación de la lluvia




Aún no he encontrado mejor estación

para escribirte
que la estación de la lluvia.
Será porque entre una gota y otra gota
te penetro con mis manos
y dibujo húmedo tu cuerpo con mis versos...
y entonces tú eres la lluvia,
y yo, el cielo prolongado…

Antonio José Mialdea
De "Manual de lluvia", 2007


jueves, 22 de marzo de 2007

Voy a escribirte...

Voy a escribirte de un mundo sin memoria.
Los océanos engulleron las últimas palabras.
Sólo sobrevivió tu nombre en este caos
perdido entre la última tarde y esta nada
tan particular donde me encuentro.
En esta soledad te busco herido de muerte y agotado,
y sólo me queda una pregunta, la de siempre:
¿dónde estás, en medio de qué fibras?
¿Dónde queman ya tus llamas, entre qué cadáveres y flores?
¿Hay algún claro en este bosque todavía?